Las parejas de novios que quieran que su relación madure en la fe cristiana cuentan con la ayuda y asesoramiento del Obispado cordobés, que ha puesto en marcha la Escuela Diocesana de Novios. El párroco de la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza, Francisco Granados, ha acogido al primer grupo como una incitativa de acompañamiento. Esta es la primera parroquia porque, según Granados —que forma parte de la Comisión Familia y Vida— la feligresía reunía ese perfil, pero la idea es hacerlo extensible a otros templos de la ciudad.
Granados explicó que se han inscrito entre 25 y 30 parejas de novios; las hay incluso de 18 años. La primera jornada de esta escuela corrió a cargo del padre Miguel Segura, bajo el título «El noviazgo: un tiempo de gracia».
El párroco apuntó que todo se desarrolla en un espacio de oración, porque «es importante que los novios no sólo compartan las zonas externas, sino también su espiritualidad, desde su fe cristiana», indicó. El propósito de esta escuela es que la pareja crezca humana y cristianamente.
La escuela va dirigida a novios a partir de 18 años que quieren vivir un itinerario cristiano de formación y crecimiento en el amor como pareja. Este itinerario de formación quiere ir más allá del cursillo prematrimonial inmediato a la celebración de la boda. «Pretende y quiere ser un acompañamiento a los jóvenes novios durante más tiempo que les ayude a conocerse mejor y a vivir cristianamente esta etapa decisiva en sus vidas», señaló el sacerdote de La Esperanza.
Resolver inquietudes
De este modo, destacó que se trata de una experiencia única en la que además se invita a matrimonios para que expongan un tema. Por ejemplo, según Granados, se tratan aspectos como «los gestos de amor en el noviazgo». «Se trata de resolver todas las inquietudes que se planteen, compartir experiencias», reiteró el párroco.
Dentro de la programación del taller que se celebra cada sábado por la tarde, después de una ponencia, hay un tiempo para compartir por grupos con preguntas y diálogo entre ellos.
El párroco señaló que las parejas tienen bastantes dudas. «Se plantean muchas cuestiones, sobre todo, si se piensa en una sociedad en la que todo es muy provisional y pasajero. En este sentido, muchos participantes preguntan cómo pueden estar seguros de que quieren a su pareja y de que ambos persiguen crecer juntos, frente a la cultura de lo provisional y pasajero», añadió Granados. Las parejas que asisten «quieren construir en firme su noviazgo antes de casarse», dijo.
En contra de lo que se pudiera pensar, no se trata de un cursillo prematrimonial. De hecho, la mayoría de ellos no tiene fecha de boda. La escuela pretende ser un acompañamiento más largo de tiempo, entre la confirmación y el matrimonio. «Hacen falta grupos de referencia, un itinerario que les ayude a crecer y a formarse en el verdadero amor», matizó Granados. La próxima sesión será el sábado 29 de noviembre, y estará impartida por el profesor Fernando Alberca de Castro bajo el título «La persona humana: un ser en comunión».