Orar sin desfallecer: la fuerza de la espera confiada
En la parábola de la viuda persistente, Jesús nos invita a cultivar una oración fiel, constante, que no se rinde ante la demora. Aunque el juez injusto accede por cansancio, muchísima más razón tiene nuestro Dios misericordioso para responder a quienes claman con humildad y constancia.
La pregunta que deja Jesús al final es dura: “Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?” ¿Qué encontrará en mí hoy cuando Él venga, o cuando se manifieste en mi vida?
La oración perseverante no consiste en insistir por insistir, sino en confiar más allá de las apariencias: seguir orando cuando no vemos respuesta, creer cuando parece que todo calla. En esa espera paciente, nuestra fe se fortalece, nuestro corazón madura y aprendemos a depender no de nuestras fuerzas, sino de la fidelidad de Dios.
Que este domingo nos desafíe a renovar nuestra mirada confiada: a orar más que quejarnos, a persistir en el diálogo con Dios aunque el silencio pese, a sostener la fe como ofrenda viva.
Parroquia Ntra. Sra. de la Esperanza tu iglesia en Córdoba



