Jesús nos recuerda que no se puede servir a dos señores: o a Dios o al dinero. La parábola del administrador astuto nos invita a ser creativos y responsables con lo que se nos confía. Lo importante no es acumular, sino poner los bienes al servicio del bien común.
Ser fiel en lo pequeño prepara nuestro corazón para lo grande. El dinero, si lo usamos bien, puede ser medio de solidaridad y justicia; si lo ponemos en el centro, se convierte en un ídolo que nos esclaviza.
Hoy la pregunta es clara: ¿a quién sirvo con mi vida y con mis bienes?
Oración
Señor, enséñame a ser fiel en lo poco. Que mis actos diarios reflejen tu amor y justicia, que mi corazón no se deje atar por el dinero, sino que sirva a Ti y a los hermanos. Dame sabiduría y valentía para usar lo que tengo como instrumento de tu Reino, para tu gloria, hoy y siempre. Amén.
Parroquia Ntra. Sra. de la Esperanza tu iglesia en Córdoba



