¡Que gran misericordia y amor el de Dios al darnos a conocer el misterio insondable de su Ser!
Pero un gesto aún mayor de misericordia es el hecho de que la Santísima Trinidad haya querido darse a nosotros, habitar en lo íntimo de nuestros corazones…
Somos morada y templo vivo de Dios… Asombrados y agradecidos ante el Misterio de Dios y de su bondad para con nosotros, no podemos sino preguntarnos admirados:
¿Qué es el hombre para que Dios le haya querido tanto?
Feliz Domingo de la Santísima Trinidad!
Francisco Granados Lara
– Párroco –