Jesús, en su Bautismo, se nos manifiesta como el Ungido para ponerse al servicio de la salvación de los hombres. Como Cristo, hemos sido “ungidos”, “consagrados”… para una misión: ser sal de la tierra y luz del mundo… SOMOS por el bautismo un pueblo de sacerdotes para alabar a Dios con todo nuestro ser; de profetas para anunciar la Buena Nueva del Evangelio; y de reyes para servir en la caridad a nuestros hermanos. ¡VIVAMOS LO QUE SOMOS!
FELIZ DOMINGO, DÍA DEL SEÑOR
Francisco Granados Lara
– Párroco –