Cristo asciende glorioso al Padre: se separa físicamente de sus discípulos pero no los abandona. Ahora se quedará presente en la Iglesia de un modo nuevo: en la comunidad reunida en su nombre, en los sacramentos donde nos da su gracia, en la Eucaristía, mediante el Espíritu que nos envía y mora en nosotros… Desde el Padre intercede siempre por nosotros.
No nos deja huérfanos: “…Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.
FELIZ DOMINGO, DÍA DEL SEÑOR
Francisco Granados Lara
-Párroco –