Dios obró maravillas en María preparándose un templo digno y hermoso donde habitar. Por ello la preservó desde el primer instante de su concepción de toda mancha de pecado. Dios también quiere obrar maravillas en nosotros: ¡nos llama a ser santos desde toda la eternidad! Que al contemplar a María Inmaculada crezcamos en deseos de imitar su corazón.
Check Also
Domingo XXI del Tiempo Ordinario – Ciclo B – 22 de agosto de 2021
Primera lectura del libro de Josué (24,1-2a.15-17.18b): En aquellos días, Josué reunió a las tribus …