El evangelio del V Domingo de Pascua nos presenta el mandamiento nuevo de Jesús: «Amaos unos a otros como yo os he amado». En un contexto de traición y despedida, Jesús nos lega su amor como distintivo de sus discípulos. Este amor no es un mero sentimiento, sino una acción concreta, un reflejo del amor incondicional de Jesús, incluso hasta el extremo del sacrificio.
Esta lectura nos invita a reflexionar sobre cómo vivimos este mandamiento en nuestras vidas. ¿Nuestro amor por los demás se asemeja al amor de Cristo, un amor que perdona, sirve y se entrega? ¿Es este amor la señal por la que el mundo reconoce que somos sus seguidores? En un mundo marcado por la división y el egoísmo, este mandamiento sigue siendo radical y desafiante, un llamado constante a construir comunidades de amor y unidad, tal como Jesús lo deseó.
