Este domingo la palabra nos interpela y nos lleva a hacer un examen de conciencia sobre el estado de nuestro corazón.

Los textos de la primera lectura y del evangelio están marcados por la presencia de sendas viudas pobres. Una ayuda generosamente a un enviado de Dios, el profeta Elías. La otra se convierte en ejemplo de entrega total y desinteresada para los discípulos. En ambas se realiza la Palabra de Dios que, como dice el salmo, “sostiene a la viuda”.