En la liturgia de este domingo, los hijos del Zebedeo piden a Jesús que les permita sentarse uno a su derecha y el otro a su izquierda en el Reino de los cielos. Nosotros tenemos ahora la oportunidad de estar cerca de Jesús.
Las lecturas de este domingo hablan de entrega y de servicio. El profeta Isaías nos acerca a la figura del Siervo sufriente que los primeros cristianos aplicaron a Jesús. Él es el que sirve, el que da la vida por todos. Por eso, como dice la carta a los Hebreos, podemos acercarnos con seguridad hasta él para alcanzar misericordia.
Seguir a Jesús en su camino hacia la cruz no es fácil, pero el Maestro sigue acompañándonos e instruyéndonos, también hoy, para que podamos hacer nuestras las actitudes del discípulo.