La liturgia de este domingo nos deja ver al verdadero Mesías, anunciado por los profetas, y lo que implica seguirle. Abramos nuestro corazón para comprender su mesianismo y recibirle en nuestras vidas.
El evangelio de este domingo inicia una intensa instrucción a los discípulos. Jesús es el Mesías, pero su mesianismo pasa por el sufrimiento, la condena y la muerte. El profeta Isaías así lo canta, hablando del siervo de Yavé; pero el salmista muestra su confianza en un Dios que viene en auxilio del que le invoca.
Creer, como lo descubre el evangelio y lo apunta Santiago, es aceptar un compromiso vital que lleva a dar incluso la vida por seguir al Señor.