Jesús nos invita a celebrar con él el banquete eucarístico para fortalecernos en el camino de la vida.
Dos grandes figuras proféticas, aunque muy distintas entre sí, protagonizan las lecturas de hoy: Eliseo y Jesús. Ambos realizan grandes signos que intentan orientar a la gente hacia Dios. El pan que multiplican contiene una fuerza divina y sacia todo tipo de hambre, física y espiritual.