En la primera lectura, David reconoce que Saúl es imagen de Dios que le ungió. En eso insiste Pablo cuando recuerda que la profunda y auténtica vocación humana es llegar a ser perfecta imagen de Dios, llevar en nosotros la imagen del hombre celestial. Y Jesús nos enseña cómo ser imagen de Dios: siendo compasivos y misericordiosos, como nos lo reconocerá también el salmo.
El «mandamiento» que Jesús da a sus discípulos sobre el amor a los enemigos es lo que más caracteriza la Palabra de Dios de este domingo, por eso manifestemos nuestro amor a los hermanos.