La Palabra de Dios que vamos a escuchar este 5º Domingo de Pascua, viene a cuestionarnos si nuestra vida está entroncada en Dios, o si, solamente, usamos discursos importantes para justificar la ausencia del Señor en ella.
La cuestión no puede estar más clara: se trata de dar frutos y permanecer en Él.
Jesús añade que Él es la Vid, nosotros los sarmientos, y el Padre el labrador. Y es que no podremos celebrar la alegría de la Pascua si no nos sentimos unidos a Jesús.