Dios sigue llamándonos a colaborar en la misión de Jesús, pero la conversión al Reino depende de nuestra decisión personal.
Las lecturas de este domingo reiteran de algún modo lo que ya dijeron las del domingo pasado. Hablan de llamada y conversión. En la primera, Dios llama al profeta Jonás cuya predicación provoca la conversión de los ninivitas.
En el evangelio Jesús también pide conversión para entrar en el Reino de Dios que está llegando. Los discípulos que él llama serán los primeros en responder a esa invitación.
Pablo, en la segunda lectura, urge a no desaprovechar el momento presente para revisar la propia escala de valores.