Como culmen de la Pascua se produce el envío del Espíritu Santo en Pentecostés. Y de ello hablan las lecturas de este domingo, cada una desde su perspectiva.
Tanto el evangelio como el libro de los Hechos de los Apóstoles nos ofrecen su propia versión de este acontecimiento, resaltando diversos aspectos de un mismo misterio. Más allá de toda diferencia existe, no obstante, una coincidencia de fondo: en ambos casos se resalta que el Espíritu es el don que el Señor hace a sus discípulos para que puedan continuar su misión.
El salmo nos invita a entender este momento como una “nueva creación”, y Pablo, por su parte, nos recuerda que la acción del Espíritu se manifiesta de múltiples maneras, pero todas ellas son para el bien de la comunidad.