El salmista resume el tema central de las lecturas de este domingo: la esperanza en un Dios que es luz y salvación, aun en medio de las dificultades. Abrahán salió de su tierra y se encontró con un Dios que promete, se compromete y manifiesta su rostro transfigurado en Jesucristo. Como hizo Pablo también nosotros ponemos nuestra confianza en el Señor crucificado y resucitado.
En nuestro camino cuaresmal, no nos olvidemos de pedir a Dios en la Eucaristía de este domingo que «nos prepare a celebrar dignamente las fiestas pascuales».